3 de agosto de 2014

Oración Celta (*)


Que despiertes al misterio de estar aquí y comprendas la silenciosa inmensidad de tu presencia.
Que tengas alegría y paz en el templo de tus sentidos.
Que recibas gran estímulo cuando las nuevas fronteras te inviten.
Que respondas al llamado de tu Don y encuentres el coraje para seguirlo en el camino.
Que la llama de la rabia te libere de la falsedad.
Que tu dignidad exterior refleje la dignidad interior del Alma.
Que tengas camino para celebrar los milagros silenciosos que no buscan atención.
Que seas consolado en la simetría secreta de tu Alma.
Que sientas cada día como una dádiva sagrada tejida en torno del corazón del asombro.
Que seas bendecido en los Nombres Sagrados de aquellos que soportan nuestro dolor en la montaña de la transfiguración.
Que conozcas el suave abrigo y la gracia restauradora, cuando fueras llamado a resistir en la morada del dolor.
Que los puntos de la oscuridad en tu intimidad se vuelvan en dirección a la Luz.
Que te sea concedida la sabiduría de evitar la falsa resistencia y, cuando el sufrimiento toque la puerta de tu vida, seas capaz de vislumbrar la dádiva oculta.
Que seas capaz de ver los frutos del sufrimiento.
Que la memoria te bendiga y te abrigue con la luz del esfuerzo pasado arduamente obtenido, que eso te de confianza y seguridad.
Que una ventana de luz siempre te sorprenda.
Que la gracia de la transfiguración te cure las heridas.
Que sepas que, aunque la tempestad pueda rugir, ni un hilo de tus cabellos será magullado.



(*) Texto extraído del libro “Ecos Eternos” del poeta irlandés John O’Donohue.