30 de agosto de 2012

Cuando Me Amé De Verdad....


Cuando me amé de verdad comprendí que en cualquier circunstancia yo estaba en el lugar correcto y en el momento apropiado, y que todo es como tiene que ser. Y entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso se llama… AUTOESTIMA.

Cuando me amé de verdad pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… AUTENTICIDAD.

Cuando me amé de verdad dejé de desear que mi vida fuera diferente y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… MADUREZ.

Cuando me amé de verdad comencé a comprender porqué es ofensivo tratar de forzar una situación o una persona solo para alcanzar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento o que la persona no está preparada, inclusive yo mismo. Hoy sé que el nombre de eso es… RESPETO.

Cuando me amé de verdad comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones; cualquier cosa que me empujara hacia abajo y lejos de mí. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… AMOR HACIA UNO MISMO.

Cuando me amé de verdad dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes para el futuro. Hoy hago solo lo que encuentro correcto, lo que me gusta y que trae alegría a mi corazón, a mi manera y a mi propio ritmo. Hoy sé que eso es… SIMPLICIDAD.

Cuando me amé de verdad renuncié a querer tener siempre la razón, y con eso erré muchas menos veces. Así descubrí la… HUMILDAD.

Cuando me amé de verdad desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora me mantengo en el presente, que es donde TODO ocurre. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… PLENITUD.

Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme, pero cuando la coloco al servicio de mi corazón es una valiosa aliada, y esto es… SABIDURÍA DEL CORAZÓN.

Atribuído a Charles Chaplin.