26 de septiembre de 2013

Gracias, "Avis", abuelos y abuelas....

Ni falta que hace que hablen de ellos. Están ahí, donde se les necesita. Muchos con las fuerzas escasas, pero las sacan de donde haga falta. Estos días se les puede ver cubriendo todos los frentes del movimiento escolar, pasando por guarderías, colegios y venciendo los obstáculos de horarios, confección de comidas, rabietas de los mas pequeños y, si hace falta, haciendo frente a alguna incomprensión de los padres con la resignación que solo dan los años. Y, encima, pobrecitos míos, aún cargan con las carteras o mochilas que sepultan a los mas pequeños. Y es que los abuelos que ejercen de abuelos son como una división de honor de la convivencia mas íntima. En silencio y las más veces con sufrimiento, porque los años ya pesan y los niños y sus mochilas, también. Gracias a todos los abuelos y abuelas (Els Avis en Catalunya).




Fuente: El Periódico.com

Miércoles, 25 de septiembre del 2013/Francisco Mateo (El Prat de Llobregat)


28 de julio de 2013

Con el tiempo....


Con el tiempo aprendes la sutil diferencia que hay entre tomar la mano de
alguien y encadenar un alma.

Con el tiempo aprendes que el amor no significa apoyarse en alguien y que la compañía no significa seguridad.

Con el tiempo...empiezas a entender que los besos no son contratos, ni los
regalos promesas.

Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen
futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.

Con el tiempo...te das cuenta que casarse solo porque "ya me urge" es una
clara advertencia de que tu matrimonio será un fracaso.

Con el tiempo comprendes que solo quien es capaz de amarte con tus
defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.

Con el tiempo te das cuenta de que si estas al lado de esa persona solo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a
verla.

Con el tiempo te das cuenta de que los amigos verdaderos valen mucho más
que cualquier cantidad de dinero.

Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el
que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado solo de amistades
falsas.

Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.

Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es
solo de almas grandes...

Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy
probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.

Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún
día llorarás por aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona, es irrepetible.

Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser
humano tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios
multiplicados al cuadrado.

Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el
terreno del mañana, es demasiado incierto para hacer planes.

Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen
ocasionará que al final no sean como esperabas.

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro,
sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.

Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que estan a tu lado,
añoraras terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.

Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que
amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser
amigo.... ante una tumba..., ya no tiene ningun sentido...

Pero desafortunadamente.... esto solo lo entendemos con el tiempo.

Jorge Luis Borges (Buenos aires Agosto 1.899-Ginebra Junio 1.986)




20 de mayo de 2013

No te rindas....

No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.

Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas, quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.

Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento.
porque no estás solo,
porque alguien te quiere.

Mario Benedetti (Uruguay 1920-2009)







23 de febrero de 2013

Para mi(s) amiga(s)....

Una mujer estaba sentada en un sofá tomando un té frío con su madre.
Mientras hablaban de la vida, del matrimonio, de las responsabilidades, y de las obligaciones de la edad adulta, la madre removiendo y haciendo sonar el hielo de su bebida miró fijamente a su hija...."no te olvides nunca de tus amigas, le dijo" haciendo girar las hojas de té en el fondo de su vaso....
"Serán cada vez más importantes con el paso del tiempo...."
"Aunque quieras mucho a tu marido, y quieras mucho a tus hijos....las necesitarás...."
"Acuérdate de hacer cosas con ellas, salir con ellas...."
"Y piensa que cuando hablo de tus amigas, me refiero a todas las mujeres de tu vida.... tus hermanas, tus amigas, tus hijas, todas las mujeres que de alguna manera tengan alguna relación contigo. Las necesitarás....las mujeres siempre nos necesitamos...."
Ella escuchó a su madre. Mantuvo el contacto con las amigas y con el paso del tiempo cada vez tenía más.
A medida que los años iban pasando, uno tras otro, fue entendiendo gradualmente aquello que su madre le había explicado. A pesar de que el tiempo y la naturaleza van cambiando la vida de una mujer, las verdaderas amigas siempre permanecen.
Después de mis más de 50 años de vivir en este mundo, he aprendido que:
El tiempo pasa....
La vida pasa....
Las distancias separan....
Los hijos crecen....
Los trabajos van y vienen....
La pasión disminuye....
Los hombre no siempre hacen lo que esperamos de hagan....
El corazón a veces se nos rompe....
Los padres se mueren....
Algunos colegas se olvidan nuestros favores....
Nuestras carreras o profesiones llegan a su final....
Pero....tus amigas siempre están ahí. Independientemente del tiempo o de los kilómetros que haya entre vosotras. Una amiga nunca está demasiado lejos para llegar si la necesitas.
Cuando camines por un valle solitario y tengas que hacerlo tú sola, las mujeres de tu vida estarán ahí, dándote ánimos, empujando, interviniendo por ti y esperándote con los brazos abiertos al final de tu camino.
Algunas veces incluso romperán las reglas y caminarán a tu lado....o vendrán y te cargarán a sus espaldas.
Amigas, hijas, abuelas, hermanas, suegras, nueras, cuñadas, nietas, tías primas, sobrinas....
Cada día nos necesitamos y cada día contribuimos a dar significado a nuestras vidas....



Fuente: Ahora las cosas ya no llegan por mail, llegan por WhatsApp....

3 de enero de 2013

Me doy permiso para....

Me doy permiso para separarme de personas que me traten con brusquedad, presiones o violencia, de las que me ignoran, me niegan un beso, un abrazo....
No acepto la brusquedad ni mucho menos la violencia, aunque vengan de mis padres o de mi marido, o mujer.
Ni de mis hijos, ni mi jefe, ni de nadie.
Las personas bruscas o violentas quedan ya, desde este mismo momento fuera de mi vida.
Soy un ser humano que trata con consideración y respeto a los demás. Merezco también consideración y respeto.

Me doy permiso para no obligarme a ser "el alma de la fiesta", el que pone el entusiasmo en las situaciones, ni ser la persona que pone el calor humano en el hogar, la que está dispuesta al diálogo para resolver conflictos cuando los demás ni siquiera lo intentan.

No he nacido para entretener y dar energía a los demás a costa de agotarme yo; no he nacido para estimularles con tal de que continúen a mi lado.
Mi propia existencia, mi ser; ya es valioso. Si quieren continuar a mi lado deben aprender a valorarme.
Mi presencia ya es suficiente; no he de agotarme haciendo más.

Me doy permiso para no tolerar exigencias desproporcionadas en el trabajo.
No voy a cargar con responsabilidades que corresponden a otros y que tienen tendencia a desentenderse.
Si las exigencias de mis superiores son desproporcionadas hablaré con ellos clara y serenamente.

Me doy permiso para no hundirme las espaldas con cargas ajenas.

Me doy permiso para dejar que se desvanezcan los miedos que me infundieron mis padres y las personas que me educaron. El mundo no es sólo hostilidad, engaño o agresión; hay también mucha belleza y alegría inexplorada.

Decido abandonar los miedos conocidos y me arriesgo a explorar las aventuras por conocer.
Más vale lo bueno que ya he ido conociendo y lo mejor que aún está por conocer. Voy a explorar sin angustia.

Me doy permiso para no agotarme siendo una persona excelente.
No soy perfecto; nadie es perfecto y la perfección es oprimente.
Me permito rechazar las ideas que me inculcaron en la infancia intentando que me amoldara a los esquemas ajenos, intentando obligarme a ser perfecto; una persona sin fisuras, rígidamente irreprochable, es decir: inhumano.

Asumo plenamente mi derecho a defenderme, a rechazar la hostilidad ajena, a no ser tan correcto como quieren; y asumo mi derecho a ponerles límites y barreras a algunas personas sin sentirme culpable.
No he nacido para ser la víctima de nadie.

Me doy permiso para no estar esperando alabanzas, manifestaciones de ternura o la valoración de los otros.
Me permito no sufrir angustia esperando una llamada de teléfono, una palabra amable o un gesto de consideración.
Me afirmo como una persona no adicta a la angustia.
Soy yo quien me valoro, me acepto y me aprecio. No espero a que vengan esas consideraciones del exterior.
Y no espero encerrado o recluido ni en casa, ni en un pequeño círculo de personas de las que depender.

Al contrario de lo que me enseñaron en la infancia, la vida es una experiencia de abundancia.
Empiezo por reconocer mis valores, y el resto vendrá solo.

Me doy permiso para no estar al día en muchas cuestiones de la vida; no necesito tanta información, tanto programa de ordenador, tanta película de cine, tanto periódico, tanto libro, tantas músicas.

Decido no intentar absorber el exceso de información. Me permito no querer saberlo todo. Me permito no aparentar que estoy al día en todo o casi todo.
Y me doy permiso para saborear las cosas de la vida que mi cuerpo y mi mente puedan asimilar con un ritmo tranquilo.
Decido profundizar en todo cuanto ya tengo y soy. Con l que soy es más que suficiente y aún sobra.

Me doy permiso para ser inmune a los elogios y las alabanzas desmesuradas; las personas que se exceden en consideración resultan abrumadoras. Y dan tanto porque quieren recibir mucho más a cambio.
Prefiero  las relaciones menos densas.

Me permito un vivir con levedad, sin cargas ni demandas excesivas. 

Me doy el permiso más importante de todos: el de ser auténtico.

No me impongo soportar situaciones y convenciones sociales que agotan, que me disgustan o que no deseo. No me esfuerzo por complacer.

Si intentan presionarme para que haga lo que mi cuerpo y mi mente no quieren hacer, me afirma tranquila y firmemente y digo que no. Es sencillo y liberador acostumbrarse a decir "no".

Elijo lo que me da salud y vitalidad.
Me hago más fuerte y más sereno cuando mis decisiones las expreso como forma de decir lo que quiero o no quiero, y no como forma de despreciar las elecciones de los otros.

No me justificaré; si estoy alegre, lo estoy. Si estoy menos alegre, lo estoy. Y si un día señalado del calendario es socialmente obligatorio sentirse feliz, yo estaré como estaré.

Me permito estar tal y como me sienta bien conmigo mismo y no como me ordenan las costumbres y los que me rodean; lo "normal" y lo "anormal" en mis estados emocionales lo establezco yo.

Joaquín Argente