3 de agosto de 2014

Oración Celta (*)


Que despiertes al misterio de estar aquí y comprendas la silenciosa inmensidad de tu presencia.
Que tengas alegría y paz en el templo de tus sentidos.
Que recibas gran estímulo cuando las nuevas fronteras te inviten.
Que respondas al llamado de tu Don y encuentres el coraje para seguirlo en el camino.
Que la llama de la rabia te libere de la falsedad.
Que tu dignidad exterior refleje la dignidad interior del Alma.
Que tengas camino para celebrar los milagros silenciosos que no buscan atención.
Que seas consolado en la simetría secreta de tu Alma.
Que sientas cada día como una dádiva sagrada tejida en torno del corazón del asombro.
Que seas bendecido en los Nombres Sagrados de aquellos que soportan nuestro dolor en la montaña de la transfiguración.
Que conozcas el suave abrigo y la gracia restauradora, cuando fueras llamado a resistir en la morada del dolor.
Que los puntos de la oscuridad en tu intimidad se vuelvan en dirección a la Luz.
Que te sea concedida la sabiduría de evitar la falsa resistencia y, cuando el sufrimiento toque la puerta de tu vida, seas capaz de vislumbrar la dádiva oculta.
Que seas capaz de ver los frutos del sufrimiento.
Que la memoria te bendiga y te abrigue con la luz del esfuerzo pasado arduamente obtenido, que eso te de confianza y seguridad.
Que una ventana de luz siempre te sorprenda.
Que la gracia de la transfiguración te cure las heridas.
Que sepas que, aunque la tempestad pueda rugir, ni un hilo de tus cabellos será magullado.



(*) Texto extraído del libro “Ecos Eternos” del poeta irlandés John O’Donohue.

10 de febrero de 2014

¿Que cuántos años tengo?

Frecuentemente me preguntan que cuántos años tengo....

¡Qué importa eso!

Tengo la edad que quiero y siento. La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso. Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso, o a lo desconocido.

Tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos.

¡Que importa cuántos años tengo! No quiero pensar en ello.

Unos dicen que soy viejo/a y otros que estoy en el apogeo.

Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.

Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos, rectificar caminos y atesorar éxitos.

Ahora no tienen por qué decir: ¡Eres muy joven, no lo lograrás! ¡Estás muy viejo, ya no podrás!

Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo.

Tengo los años en que los sueños, se empiezan a acariciar con los dedos, las ilusiones se convierten en esperanza.

Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada. y otras....es un remanso de paz, como el atardecer en la playa....

¿Que cuántos años tengo?

No necesito marcarlos con un número, pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas.... ¡valen mucho más que eso!

¿Qué importa si cumplo cincuenta, sesenta o más?

Pues lo que importa; ¡Es la edad que siento!
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.

¡Que cuántos años tengo? ¡Eso a quién le importa!

Tengo los años necesarios para perder ya el miedo y hacer lo que quiero y siento.
¡Que importa cuántos años tengo! o cuántos espero, si con los que tengo....
¡¡Aprendí a querer lo necesario y a tomar, sólo lo bueno!!

José de Sousa Saramago
Portugal 1922-España 2010
Premio Nobel de Literatura 1998